En 1956, tras dejar atrás su terrible experiencia en el gulag, Alexandr Solzhenitsyn deseaba perderse en un apacible rincón de la URSS, y se ofreció en las oficinas de empleo como profesor de matemáticas. Mientras buscaba alojamiento en el pueblo al que lo destinaron, vio la isba de Matriona, una anciana viuda que vivía con un gato paticojo y una cabra por toda compañía, y decidió quedarse. En los fríos meses en que se hospedó en su casa, Solzhenitsyn comprendió que Matriona, generosa pero despreciada, «era precisamente el justo sin el cual, como en el dicho, no se tendrá en pie la aldea»: su vida inspiró La casa de Matriona.
Fue publicado en 1962 en Novy Mir por su exdirector, A. T. Tvardovsky, amigo y defensor de Solzhenitsyn en la Unión de Escritores de la que éste fue expulsado más tarde. Reemplazamos el título original, Un incidente en la estación de Krechetova, por el de Nunca cometemos errores, porque consideramos que esta frase, que Solzhenitsyn pone en boca de un oficial soviético durante la guerra, refleja perfectamente la atmósfera hermética que rodea al personaje principal. La narración no sorprende en absoluto por la forma, que se desarrolla normalmente dentro de la más sólida tradición novelística rusa. Sobrecoge, en cambio, lo grotesco y mediocre del pequeño mundo inútil de un oficial que siempre deseó ser enviado al frente y convertirse en héroe de la patria, pero que no es más que jefe de una estación fronteriza de segunda importancia donde su única diversión consiste en leer y releer el primero y único volumen de El Capital de Marx que ha podido encontrar.
Estado: Muy bien | Tapa dura en símil piel.
Editorial: Seix Barral, S.A. | 1ª Edición | 1984
Páginas: 199
Medidas: 20x12'5 cms.
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SKU: Contemp-1
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